El Impacto de las Expectativas: ¿Suman o Restan en Nuestras Vidas?

El Impacto de las Expectativas: ¿Suman o Restan en Nuestras Vidas?

“Sin expectativas, no hay decepciones”. ¿Es esto correcto? Esta afirmación ha cobrado fuerza en el mundo de las redes sociales y blogs, donde se promueve la idea de que evitar expectativas es la clave para evitar la decepción y la consiguiente frustración. Sin embargo, antes de profundizar en este tema, es crucial hacer una distinción importante.

¿Qué Son las Expectativas?

Las expectativas funcionan en nuestras vidas como una especie de brújula interna. Son, en esencia, una forma de preparación, un GPS interno que nos impulsa a tomar decisiones y actuar. Representan la creencia en lo que ocurrirá en el futuro, ya sea a corto o largo plazo, y están respaldadas por experiencias pasadas, evidencia real y razonamiento lógico. En otras palabras, las expectativas tienden a ser más racionales que emocionales.

Deseos: Más Allá de las Emociones

A diferencia de las expectativas, los deseos están cargados de emociones. Estos deseos suelen arraigarse en anhelos personales y pueden ser conscientes o inconscientes. Los deseos representan un impulso interno de querer que algo suceda, impulsados por una necesidad emocional sin lógica ni razonamiento. Son primitivos e instintivos, altamente subjetivos y varían según la persona. Los deseos tienen una alta probabilidad de no cumplirse debido a su falta de base realista.

Esperanza: La Fuerza Motriz

La esperanza es una emoción positiva que surge de la creencia en la posibilidad de que algo deseado pueda materializarse. A diferencia de los deseos, la esperanza es predominantemente positiva y actúa como una fuerza motivadora que nos impulsa a tomar medidas para que se cumpla lo esperado. Ya sea a través de acciones lógicas y racionales o de actos relacionados con la fe, la esperanza nos motiva a superar desafíos en busca de lo que anhelamos.

Ahora que ya sabemos las diferencias entre Expectativas, Deseos y Esperanza, exploraremos el poder y la complejidad de las expectativas en nuestras vidas. Descubriremos cómo pueden influir en nuestras decisiones, relaciones y bienestar emocional. Aprenderemos a navegar por un territorio donde las expectativas se vuelven herramientas para un crecimiento personal profundo y significativo.

Por lo explicado líneas arriba, definitivamente las expectativas no son ni buenas ni malas, son necesarias en nuestras vidas. ¿Te preguntas por qué? Porque previo a las expectativas están los sueños, objetivos y metas de vida.

Y para entender esto mejor les pondré un ejemplo: Imagínense que yo tengo el sueño de tener un Bonsái, plantado y cuidado por mí, para llevar a cabo esta difícil tarea deberé estudiar un poco sobre esta actividad, adquirir la maceta, la tierra adecuada y la semilla. Posterior deberé regarla con agua de calidad en los intervalos de tiempo que requiera este tipo de planta, preocuparme que le dé suficiente Sol sin excederme, también podarlo diariamente además de ir enderezándolo para que su crecimiento tome la forma adecuada. Al cabo de varios meses tendré seguramente un bello Bonsái y la alegría de que mi sueño se hizo realidad.

Las expectativas son necesarias en nuestras vidas porque son el puente entre nuestros sueños y la realidad. El sueño de cultivar un hermoso Bonsái es la semilla que me impulsa. Sin embargo, mis expectativas están basadas en la planificación, la dedicación y la creencia de que, con esfuerzo, mi sueño se hará realidad. Las expectativas me motivan y generan esperanza de que todos mis esfuerzos darán sus frutos.

Soltando el Control

¿En el ejemplo descrito existe alguna posibilidad que mi sueño no se cumpla? Por supuesto que sí, porque muchas cosas pueden suceder en el camino. A menudo, nuestras expectativas nos llevan a un lugar de confianza en lo que está por venir. Sin embargo, es importante recordar que las expectativas no son garantías absolutas. Lo que nos lleva a la frustración no son las expectativas en sí, sino la necesidad de controlar los resultados. La vida es impredecible y, a menudo, está fuera de nuestro control. Aprender a soltar la necesidad de controlar los resultados es esencial.

Déjenme decirles algo crucial y sé que la mayoría estará de acuerdo conmigo, los seres humanos han logrado avances significativos a lo largo de la historia debido a las expectativas. Grandes mentes como Einstein, la NASA y los pioneros de Internet, como ARPANET, tuvieron que aprender que no todo estaba bajo su control. Plantaron muchas semillas, probaron diferentes caminos y perseveraron a pesar de los contratiempos. Su seguridad radicaba en su capacidad de mantener expectativas y nutrir la esperanza de que sus esfuerzos darían frutos.

Si yo solo hubiera tenido el deseo de tener un Bonsái sin desarrollar ninguna expectativa clara y lógica lo más probable es que jamás se hubiera concedido mi deseo. Al menos que mi poder manifestador sea tan elevado que se me cumpla el deseo, y aún así para lograr ese poder tendría que trabajarlo y entrenarlo por mucho tiempo.

Ahora se preguntarán: ¿Catalina como aplico esto a mi vida personal, en mis relaciones y en mis proyectos de vida? Como sabía que esto era vital en este artículo, les traje unos ejemplos prácticos que los podrán ayudar de manera más efectiva:

“Carlos tiene la idea de viajar a Italia como turista. Sin embargo, aún no ha pensado en un plan de ahorro para lograr ese objetivo. Por lo tanto, Carlos tiene el deseo de viajar a Italia”

Cuando Carlos inicie un plan de ahorro y averigüe todo lo necesario para viajar a ese país, como la VISA, vacunas, etc, empezará a tener expectativas y con ellas alimentará la esperanza de un viaje soñado.

“Zoe es una profesional que quiere estudiar un máster en Estados Unidos. Por el momento, ya aprobó un examen internacional de inglés con una calificación notable y ha enviado su solicitud de admisión a tres universidades. En este caso, Zoe tiene la expectativa, y no solo el deseo, de recibir una respuesta positiva y de poder viajar a Estados Unidos para estudiar un posgrado”

“Julieta piensa: Hoy es mi cumpleaños y seguro que mi novio viene a buscarme con un gran ramo de flores y ese bolso que le he dicho tantas veces que me gustaba”.

Esta mujer tiene el deseo que esto suceda, pero no tiene ninguna base lógica, su novio podría estar pensando en muchas otras formas de agasajarla.

Con este ejemplo quiero hacer hincapié en el hecho que las expectativas son fenomenales siempre y cuando se trate de nosotros mismos, poner expectativas en otra persona es trasgredir el límite de la libertad de acción y/o pensamiento de otra persona. Pero ese tema da para un artículo entero.

¿En todos los ejemplos alguien tiene el control sobre lo que va suceder? Indudablemente que No, porque existen muchos factores como el clima, pandemia, una enfermedad, contratiempos, etc. que podrían hacer que esos acontecimientos nunca ocurran, que ocurra algo mejor o que simplemente se pospongan.

Conclusión: Aprende a Soltar y Disfruta el Presente

Las expectativas no son el enemigo. Son guías que nos ayudan a perseguir nuestros sueños y metas. El secreto está en soltar la necesidad de controlar los resultados y disfrutar del presente. Abracemos las expectativas con acciones concretas, pero viviendo un día a la vez. Como dijo Aristóteles: “Pequeñas acciones, grandes resultados”. Las expectativas son el motor que impulsa nuestro viaje hacia las metas y sueños que nos hemos propuesto.

 

Los veo en el próximo artículo.
Su amiga y confidente,

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