Imagina por un momento que puedes hablar con cualquier cosa, que los animales te hablan, las piedras e incluso el agua.
Imagínate hablando con una ola, en la playa, y esta te dice: ¿sabes qué? Yo no puedo llegar tan lejos como otras más grandes y experimentadas, yo soy una pobre ola, no soy suficientemente buena como para hacer lo que otras hacen. Tú, probablemente te llevarás las manos a la cabeza y le dirías: Ola, tú eres parte de este maravilloso océano, ¿cómo es posible que no veas tu grandeza, ¿cómo te puedes ver pobre si yo solo veo inmensidad en ti? Con el impulso de tus hermanas, que son igual de grandes que tú, puedes lograr cualquier cosa, pues si ellas lo han logrado tú también puedes.
Mi ola hermosa, ¿puedes ver a tu padre, el mar? ¿Crees que, si tomo una muestra en un vaso, su composición es diferente a la tuya? Sois lo mismo, él está en ti y tú en él, solo que os manifestais en formas diferentes. Si esa muestra que yo tomo se evapora seguirá siendo lo mismo y recorrerá otros caminos, pero finalmente llegará a su origen, el mar.
¿Puedes ver ahora tu inmensidad?
La que habla con la ola, soy yo. Cada vez que doy una charla, una terapia o simplemente respondo un mensaje que me ha llegado por las Redes Sociales. Soy esa mujer que puede ver tu inmensidad, que siente tu luz y te reconoce como otra chispa Divina, otra milésima parte del Todo.
¿Cómo puedo convencerte de que eres un ser infinito, de que tienes poder creador, de que tu alma es ilimitada? ¿Cómo puedo hacerte experimentar, que no eres un cuerpo viviendo la iluminación, sino que eres un ser iluminado teniendo una experiencia terrenal?
Lo único que puedo hacer yo por ti, es invitarte a que lo experimentes.
Todos podemos vivir experiencias que nos recuerden que somos seres de luz, tú también puedes a través de los Registros Akáshicos.
Venir a una lectura de Registros Akáshicos, no es propiamente una terapia, pero en si es muy terapéutico. No hay nada más sanador que entender de dónde vienes, qué has venido a experimentar, que pactaste antes de llegar a este plano, y cuál es tu propósito o si tienes más de uno.
Cuando tus guías se manifiestan y nos revelan lo que está impreso en tus registros es el momento de amor más sagrado que he vivido. Es un amor que va más allá del concepto del cariño con el que etiquetamos al amor, va más allá de la necesidad de estar con alguien, es un amor que te invade, que se apodera de ti y te convierte en amor, por lo que deja de ser sentimiento para SER en ti.
Y quizás estés pensando que es un privilegio mío poder llegar hasta ese conocimiento, permíteme que te diga, que, si has pensado eso, te estás haciendo poca cosa, al igual que la ola de nuestra analogía del principio. Tú, eres tan parte del Todo como lo soy yo, y como lo han sido los grandes maestros de la historia de la humanidad, no te sientas arrogante por sentirte grande, estás honrando la Divinidad que hay en ti, por fin la estás reconociendo. Hacerte pequeño o pequeña, la ofende.
He formado a muchísimas almas para que aprendieran la técnica de leer estos Registros y también su Maestría, cada alma lo hace de una manera única, cada uno se lleva un aprendizaje y a pesar de ser Almas únicas e irrepetibles todas tenemos algo en común, hemos entendido que todo es para nuestra evolución y la del cosmos.
Si algo me ha enseñado el ser canalizadora de Registros Akáshicos es que no hay errores, nunca se pierde nada, siempre se aprende y que todo es para nuestro mayor bien, hasta la desgracia más grande aquí, tiene un propósito mayor.
Saber que no hay nada que controlar, que puedo soltar el control, que todo tiene unos tiempos y un orden divino y que lo único que debo hacer es elegir, me ha traído paz y tranquilidad a la vida. Los Registros Akáshicos me han traído la constatación del cielo en la tierra, de que no soy la rara que percibe sino al contrario, lo raro es cerrarnos a la percepción, como ya sabía desde que tomé el primer sorbo de aire en esta tierra, somos semillas estelares y si estamos aquí en este momento es por algo.
Cuestiona todo lo que te han dicho sobre nosotros, los humanos. Nos han dicho que somos malos, pecadores desde que nacimos, que somos crueles por naturaleza, que somos guerreros sin misericordia, que solo actuamos bien bajo estrictas normas. Todo eso son creencias con las que nos han programado. Elige desde hoy representar la divinidad que hay en ti. Baja el Cielo a la Tierra e implanta en tu subconsciente lo que somos realmente. Somos seres de paz, aunque nos hagan creer o sentir lo contrario, solo el desequilibrio y la mentira nos esclaviza con el dolor, para liberar el dolor debes amar a la Divinidad (Universo, Dios, como gustes) y la mejor manera que tienes para hacerlo es amarte a ti.
Honrarte, amate, respétate, cuida de ti, busca tu paz y vive en el amor.
El único pecado es, como la ola del mar que no veía su inmensidad, que tu no creas tu grandeza y sigas pensando que no eres suficiente.
Grábate este mensaje: Eres un ser de luz, único e irrepetible y solo el hecho de que existas ya es un milagro y una constatación de que el amor está en ti.
Neus Tur
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