La conexión entre la puerta del corazón y la energía de vida es algo que ha sido estudiado y reflexionado por muchos filósofos y pensadores a lo largo de los siglos. Es una conexión que se encuentra en el centro de la espiritualidad y que se refiere a la relación entre nuestras emociones, pensamientos y nuestra salud energética. En términos simples, la puerta del corazón es una puerta simbólica que representa el acceso al amor incondicional, la compasión y la empatía.
La puerta del corazón se refiere al centro del ser, al lugar donde se encuentra la esencia verdadera de una persona. Según esta interpretación, la octava puerta sería la última etapa de desarrollo espiritual antes de la realización, expansión y evolución como ser humano.
Es a través de esta puerta que podemos conectarnos con nuestras emociones más profundas y experimentar la verdadera esencia de nuestra humanidad, acceder a la historia del alma y habilitar para que el espíritu pueda anidar la luz. Por otro lado, la energía de vida se refiere a la fuerza vital que nos permite estar vivos y experimentar la vida en su totalidad. Aquella energía que nos hace conectar con el sentido y propósito, con aquello que nos hace feliz. Es una energía expansiva y vibrante.
Cuando nuestra puerta del corazón está abierta, nuestra energía de vida fluye libremente y experimentamos una sensación de paz, alegría y bienestar. Por otro lado, cuando nuestra puerta del corazón está cerrada, nuestra energía de vida se bloquea, lo que puede resultar en problemas de salud física, emocional Y ESPIRITUAL.
Para mantener nuestra puerta del corazón abierta y nuestra energía de vida fluyendo libremente, es importante cultivar prácticas espirituales, conectar con la gratitud, y con el amor. CONSIDERA UNA PRÁCTICA ESPIRITUAL AMARTE Y EXPRESAR TU SENTIR.
Al mantener nuestra puerta del corazón abierta podemos experimentar la alegría y el bienestar que nos permite una vida plena y satisfactoria. Restaurando las grietas del alma, a veces casi imperceptibles.
Escrito por Jennifer Olivares
